Cuando pensamos en una hipoteca, solemos imaginar grandes sumas de dinero destinadas a la compra de una vivienda. Sin embargo, hay quienes se preguntan si es posible solicitar una hipoteca por un importe bajo. Entonces, ¿cuál es la hipoteca mínima que se puede pedir? En este artículo te lo explicamos con todo detalle.
Sí, la mayoría de los bancos establecen un importe mínimo para conceder una hipoteca. Aunque no hay una ley que regule una cifra específica, las entidades financieras sí aplican ciertos límites por razones de rentabilidad.
Tramitar una hipoteca implica gastos fijos: tasación, notaría, gestoría, registro y costes operativos para el banco. Cuando el importe solicitado es bajo, esos costes pueden representar un porcentaje muy alto de la operación, lo cual no resulta rentable ni para la entidad ni para el cliente.
Cuando se necesitan cantidades inferiores a 50.000 €, muchas veces resulta más práctico solicitar un préstamo personal. Aunque tiene intereses más altos, no requiere tantos trámites ni garantías hipotecarias, lo cual simplifica el proceso.
En términos generales, los bancos en España no suelen conceder hipotecas por menos de 30.000 €. Algunas entidades incluso fijan el mínimo en 40.000 € o 50.000 €.
Solicitar una hipoteca por un importe bajo puede no ser rentable si:
Si lo que necesitas son 10.000 €, 20.000 € o incluso menos, hay opciones más flexibles que una hipoteca:
Es la alternativa más común. No requiere garantía hipotecaria y el proceso de concesión es mucho más rápido.
Puede ser una opción para mayores de 65 años con vivienda en propiedad, como forma de obtener liquidez sin vender el inmueble.
Si ya tienes una hipoteca vigente, puedes consultar si el banco permite una ampliación de capital.
Aunque el importe sea bajo, el banco evaluará tu perfil financiero como en cualquier otra operación.
Debes demostrar ingresos estables, bajo endeudamiento y buen historial crediticio.
El Loan to Value (LTV) sigue siendo clave. Si el banco solo financia el 80% del valor de tasación, deberás aportar el 20% restante.
Aún en hipotecas pequeñas, se pagan gastos de notaría, registro, gestoría, impuestos y tasación, que pueden representar varios miles de euros.
En la mayoría de casos, pedir una hipoteca por menos de 30.000 o 40.000 € no resulta rentable. Si necesitas una cantidad baja, valora otras opciones como un préstamo personal, ayuda familiar o utilizar tus propios ahorros.
Lo más recomendable es comparar entidades, simular costes y analizar si realmente compensa financiar ese importe mediante una hipoteca.